LA MUERTE EN LA CALLE
Un mendigo
se sienta en un jardín a lado de un perro y empieza a recordar como llego a ser
mendigo, pues él dice que era porque dios quería eso para él. Empieza
recordando a su madre y cuando era un niño, que vivía en una casa con su mamá y
un tío, su madre lavaba ropa y arreglaba casas, luego su madre muere y su tío
vende la casa y todo lo que tenían. Su tío lo lleva al puerto, allí su tío se
va en un barco y lo deja más solo, y con un costal y le dice que busque un
zapatero, pues que él debía ser un zapatero. Así fue, el niño busca el zapatero
y abre el costal, de allí saca una plantilla para hacer zapatos, pero le
faltaba la otra. El zapatero le dice que eso no sirve para nada, y el niño se
marcha por la calle y empieza a pedir a los señores, le dice caballerazo me da
1, 2, 5 o 10, así consigue clientes que molesta de vez en cuando. En la calle
trataba de dormir en los patios de las casas pero nunca en la calle, pero
siempre lo echaban y una vez consiguió un hueco dentro del patio de una casa, y
allí dormía y se tapaba con una cobija, luego con una lata de zinc, por la
lluvia, hasta que unos niños le empezaron a hacer maldades y le echaban cosas
al hueco para que se aburriera. De ahí salió una noche y empezó a caminar por
una calle larga, hasta que fue saliendo de la ciudad y allí encontró una cueva
donde empezó a vivir y no se mojaba y decía que se era el camino que dios le
dio. Y termina el mendigo muriendo en ese antejardín, al lado del perro y con 3
periódicos para taparse.
El capitán
Torres, que perseguía los revolucionarios, llega a la barbería, llega con
seguridad, deja su pistola y su correa de balas y se sienta cómodamente en el
sillón. El barbero, consciente de que es un buen barbero, afila su navaja hasta
hacerla brillar. Allí están los dos enemigos. El barbero sabe que ese hombre es
peligroso, conoce de sus métodos aplicados a los rebeldes, sabe de las
mutilaciones y de cómo disfruta cada vez que asesina a uno de sus enemigos. El
barbero tiene una oportunidad de asesinarlo, es un revolucionario, pero también
es un buen barbero. Aquí surge la vocación de barbero y su deber como
revolucionario. Tan cerca que está, allí lo tiene indefenso, sólo tiene que
hundir su navaja y habrá terminado con la vida de aquel enemigo. Su mente se
convirtió en un torbellino de imágenes, podía percibir el olor de la sangre,
ver la sangre correr bajo la puerta de la barbería. El militar Torres sumido en
el sillón interrumpía a veces. Su barba era espesa, meditaba en sus futuras
misiones para acabar con los rebeldes. Todo era un intercambio que aumentaba la
duda en el barbero, lo mato o cumplo con mi trabajo. Era un excelente barbero,
el mejor del pueblo. Ese dilema de actuar como barbero o actuar como
revolucionario acapara sus pensamientos. Y termina de afeitar a Torres y sus
ideas se convierten en espuma, pues no mata al militar, entonces Torres se
levanta y lo mira, él sabía que el barbero era uno de los revolucionarios
ocultos y con firmeza y seguridad le dice al barbero que le habían informado
que éste lo mataría. Y termina con la expresión: “matar no es fácil, yo sé
porque lo digo.
TODOS ESTAMOS ALA ESPERA
Empieza con un señor que llega a un bar, donde hay otros
señores. Allí beben en la barra y juegan con las monedas que le echan al tocadiscos,
además ven peleas de boxeo. El señor que llega, manifiesta que ahí va esperar y
que ella debe de llegar a ese bar. Ahora, uno de los otros señores manifiesta
que estamos en este bar todo rodea gente, cada uno con su espera. Estamos
unidos en que todos sabemos que estamos a la espera pero no nos conocemos, ni
siquiera hablamos. Solamente "nosotros" hablamos de vez en cuando. Y
ahora ha llegado este hombre y nos ha hablado, nos ha dicho cosas que no hemos
preguntado. Secretamente sabemos que ha de seguir hablando y hablando,
que mañana vendrá y hablará otra vez, y seguirá viniendo todas las noches. El
señor siempre recordaba, como Madeleine estaban en la estación del bus, y se
queda dormida, luego él va y le compra comida y Madeleine se va. Al final del
cuento Madeleine a parecer y él le dice: "He estado esperándote
Madeleine". Y luego: "Ahora vendrás todas las noches". Ella
siguió mirándome. Cuando salíamos oí su voz diciéndome: "Ya no me
necesitas más. Déjame ir ahora". Yo le tomé la mano y se la apreté con
fuerza. Mientras cruzamos la calle veíamos a Madeleine a través de la vitrina
que había comenzado a esperar".
Esta es la historia de un zapatero de nombre Aquilino y un carpintero de nombre Calixto, ellos vivían en una calle de un pueblo, allí empieza el zapatero a recordar cómo eran los tiempos pasados, cuando la gente iba a su negocio a pedirle que le hiciera zapatos, como veía pasar a las empleadas hacia la misa, la calle llena de piedras, cuando bajan las mulas cargadas de mercancía, los que bajaban el agua. Pero el pueblo se fue modernizando, y todo eso cambio. La mujer del zapatero muere por una tos fuerte, y el cajón se lo hace el carpintero. En todo caso el zapatero se vuelve borrachín, y al frente de la casa de él, construyen una fábrica de zapatos, la calle la pavimentan, pasan carros, llega el acueducto. Así ven ellos como se moderniza el pueblo y ellos envejecen cada día más. Un día el zapatero borracho, se va matar un maniquí de madera, y allí muere.
AL PIE
DE LA CIUDAD
Había un señor que vivía a las afueras de la ciudad con su
hijo, ellos tenían una cabrita y un cabrito, Vivian en una cabañita,
sobrevivían con la leche de la cabrita, y cuando llovían se ponían felices
porque por las tuberías bajaban cadenas, anillos, monedas, y con eso se
mantenía con eso. Una vez buscando en esos tubos, el cabrito se murió, y el
señor se le pego a la cabrita para sacarle la leche, un día llego la policía y
les dijo que lo iban a sacar de ese barranco y esa montaña tan inclinada,
El señor no
se quería ir y los sacaron a la brava, el señor, el niño y la cabrita se fueron
para el pueblo, y caminando, caminando encontraron una carnicería, el papá le
dice al hijo, que fuera la carnicería a ver que podían hacer con la cabrita y
el niño le dice que él no quiera que vendan la cabrita. Empiezan a caminar y
más a delante los atropella un camión, y la cabrita tenia desde la mitad hacia
abajo todo malo, se las había destrozado el camión y muere. Ellos le dicen a la
policía que necesitaban volver a la cabañita y no los dejan. Y quedan en la
calle vagando.
ESTAS FRASES DE AMOR QUE SE REPITEN TANTO
En este cuento son dos narraciones, la primera es la de un periodista que narra al despertar una historia de amor, viendo a su mujer en el cuarto y viéndola a ella haciendo sus quehaceres y pensando en que tan grande es el amor por ella. La otra es la historia de un negro llamado José Raquel, que trabajaba en el puerto descargando los barcos, y que por las noches tocaba el saxofón. Una vez el negro empezó una manifestación para que le aumentaran el sueldo, pero fue encarcelado, luego salió de la cárcel y se fue a trabajar al sindicato de la ciudad y allí fue asesinado.
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